El primer y más obvio resultado fue una mejora en la capacidad
militar del ejército. Este solo hecho fue
imprescindible en el crecimiento y el éxito de la máquina militar romana
y tuvo como resultado un éxito de los romanos en el campo de
batalla.Otro beneficio de las reformas fue el establecimiento de legionarios
retirados en tierras conquistadas. Sin embargo, otro aspecto de las reformas de Mario que comenzó a
comprobarse más adelante como una especie de efecto secundario, fue que
la lealtad de las legiones comenzó a trasladarse desde el estado romano
hacia el propio general que dirigía el ejército. Comenzó a ser común
que los generales, en lugar de retirarse tras el cese de las
hostilidades, rechazasen perder su imperio
y usasen su ejército para consolidar su poder.
Esto llevó a una serie de guerras civiles
y finalmente condujo a la destrucción de la República y transformación
en Imperio.
Los territorios que fueron anexionados a Roma
aportaban soldados. Normalmente no era necesario forzar
el reclutamiento pues el número de voluntarios era suficiente para
cubrir las necesidades. Un caso especial lo
constituían las tropas de guarnición en Roma, ya que la guardia pretoriana y las cohortes urbanas se nutrían con ciudadanos romanos itálicos y de las provincias romanizadas, mientras que las cohortes de vigiles eran reclutadas fundamentalmente de entre libertos. En esta época el ejército estaba formado por treinta legiones. La legión ya era un
cuerpo permanente, podía variar en número y composición pero siempre
existía, cada una con sus símbolos, historia y glorias particulares. En
ellas había gran variedad de especializaciones como soldados, policía militar, cuerpo médico, etc.
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