Un Estado Imperial era una entidad territorial y política en el Sacro Imperio Romano Germánico con escaño y voto en la Dieta Imperial. Los gobernantes de un Estado Imperial no tenían otra autoridad por encima de ellos que la del propio Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico
y, además, poseían importantes derechos y privilegios, incluido un alto
grado de autonomía en el gobierno de sus territorios y de sus asuntos
particulares. Algunos Estados gobernados por príncipes alemanes con voto
en la Dieta no tenían escaño, mientras que unos pocos altos funcionarios del Sacro Imperio que tenían escaño pero no voto: ni los citados altos cargos del Imperio ni los territorios sin escaño en la Dieta Imperial
estaban calificados como Estados Imperiales.
El nuevo régimen político creado
por Octavio Augusto y que con algunas variaciones se mantuvo hasta finales del
s. IV presenta dos características:
• Fuerte concentración del poder en la figura del emperador
que adquiere los títulos de imperator (poder militar), princeps (principal
autoridad política), y Pontifex Maximus (máxima autoridad religiosa).
• Mantenimiento formal de las instituciones republicanas,
pero vaciadas de poder.
• El emperador gobernaba asesorado por cargos de confianza
nombrados personalmente (secretarios y prefectos) y defendido por una guardia
personal, la guardia pretoriana.
Para evitar disputas por el trono,
Augusto fijó un sistema sucesorio, por el cual el emperador elegía a su
sucesor, normalmente un miembro.
Cuando el heredero no era su hijo, nombraba al elegido hijo adoptivo.
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